Ejemplos de zellige en el mundo: la Madrasa de Fez, el Alcázar de Sevilla y la Alhambra de Granada
Vamos a ver algunos de los ejemplos de zellige más icónicos y espectaculares de nuestro patrimonio monumental
El zellige es una de las manifestaciones arquitectónicas más características y resultonas de la cuenca mediterránea. Como ya explicamos en este artículo, el zellige es una técnica de azulejería originaria del Maghreb. Consiste en un mosaico de azulejos que se esmaltan, se cortan y se pulen a mano, y después se ensamblan con patrones geométricos sin que quede ninguna fisura.
Este año tenemos el orgullo de presentar la colección Mediterránea de zellige, en colaboración con el atelier de artesanos Aït Manos de Casablanca, expertos en este tipo de azulejería. Nuestra colección es una versión modernizada de los azulejos marroquíes tradicionales. Y aunque nos encantan las posibilidades modernas de esta técnica, no podemos dejar de admirarnos con algunos de los ejemplos más emblemáticos de estos mosaicos.
En los monumentos marroquíes: la Madraza de Fez
En la ciudad de Fez encontramos algunos de los ejemplos de zellige clásico más hermosos del mundo. Hablamos, concretamente, de la Madraza (o “escuela”) de Bou Inania.
Se trata de una edificación fascinante, digna de conocer e investigar. Su construcción comenzó en el siglo XIV, y es uno de los ejemplos más importantes de arquitectura merínida (una tribu de origen nómada que controló durante este siglo algunas partes de lo que es hoy Marruecos y Andalucía).
La madraza cuenta con un patio principal con dos salas de oración a ambos lados, y una fuente de abluciones en el medio. Una discreta segunda planta acoge la galería que rodea el patio, donde están las habitaciones y los baños de los discretos estudiantes que ahí residen.
En todo el columnario de la planta baja, alrededor del patio, encontramos un alicatado de dos metros desde el suelo de zellige tradicional. A pesar de que el edificio ha sufrido varias restauraciones y remodelaciones a lo largo de su historia, y algunos de estos azulejos marroquíes no son los originales del siglo XIV, se ha respetado los patrones y el esquema de color del zellige tradicional, que encuentra en estas paredes su expresión más intrincada y sofisticada.
El Alcázar de Sevilla: los azulejos más icónicos del sur español
Aunque los locales suelen referirse a ellos como “los azulejos” o “alicatados”, los mosaicos icónicos que adornan las paredes del Real Alcázar de Sevilla son una de las representaciones de zellige más reconocibles de nuestro patrimonio monumental.
El complejo pero impecable patrón en forma de rombos y estrellas del Salón de los Embajadores o del Patio de las Doncellas se encuentra replicado por toda la ciudad. Se trata de un diseño que cualquier sevillano o sevillana reconoce inmediatamente, y que también sigue (o determina, quién sabe), la paleta de colores de la propia ciudad.
El zellige del Real Alcázar, también originario del siglo XIV (y este sí es, en gran medida, el original), convive con otras manifestaciones de azulejería sevillana, de otros estilos y épocas. Especialmente relevantes son los azulejos pintados que encargó Felipe II en el siglo XVI, y que recubren las paredes de la sala de las Bóvedas.
El buen estado de conservación de todos los azulejos del Alcázar (zellige y pintado), nos permite observar de forma diacrónica la evolución de la azulejería en la ciudad. Un auténtico privilegio en la era de lo efímero.
La Alhambra de Granada, un surtido de ejemplos de zellige
La Alhambra de Granada es uno de los hitos más emblemáticos e impresionantes de nuestra geografía (no en vano la da nombre a una de nuestras piezas de azulejos glaseados con más personalidad).
Realizar la visita a este imponente monumento granadino manteniendo la atención en el alicatado es una experiencia fascinante, pues de una sala a otra encontramos aplicaciones totalmente distintas. A veces, incluso dentro de la misma estancia.
En la sala del Mexuar encontramos complicadísimos patrones en forma de ruedas de dieciséis piezas, obra de los arquitectos originales (los nazaríes del siglo XIII). Se trata de uno de los ejemplos de zellige más complejos de todo el monumento. En la misma sala, las ruedas conviven con un sencillo patrón romboidal de la época cristiana en el siglo XVI.
En la sala de Comares, las cintas de colores encapsulan azulejos esmaltados con piezas caligráficas, constituyendo una de las manifestaciones más representativas del arte andalusí. La variedad de alicatados de la sala de la Barca, o los azulejos incrustados en la sala de los Reyes o la ondulación de los iwares hacen del zellige de la Alhambra un auténtico estudio de las posibilidades que ofrece esta técnica de azulejería, única en el mundo.