Cómo recuperar baldosas de barro antiguas
Las baldosas de barro cocido requieren de un cuidado específico que, si no se aplica de manera correcta, puede afectar a la longevidad de las mismas
Las baldosas antiguas de barro cocido, ya sean en interior o exterior, aportan una belleza extraordinaria a una casa. El ambiente rústico, el paisaje de hogar que se crea es único, pero en muchas ocasiones no se conoce bien cómo tratarlo. Es más, hay veces que incluso, una vez llevada a cabo la limpieza, sorprende lo que se encuentra bajo las manchas de salitre, cemento, cera o aceite que el paso del tiempo ha dejado en ellas. Recuperarlas requiere de un trabajo específico, sobre todo eligiendo bien los productos especializados para cada caso.
Cómo limpiar baldosas antiguas de barro cocido
Cuando las baldosas se han deteriorado o simplemente se quiere hacer una limpieza a fondo buscando evitarlo, precisamente, el proceso va más allá de utilizar fregona, agua y jabón. Antes de aplicar los productos especializados, debemos asegurarnos de que nuestro suelo está completamente seco. De lo contrario, la limpieza que realicemos será en vano y la baldosa presentará eflorescencias salinas a medida que vaya secando. Hay dos tipos de productos, grosso modo, que utilizar para limpiar baldosas antiguas de barro cocido. Por un lado, los quitamanchas y por otro, quitacementos, que se usan igualmente para retirar las manchas del mortero, de salitre y cualquier otra mancha de carbonato de calcio, es decir, sólida. Ambos se utilizan diluidos en agua y pueden aplicarse con maquinaria rotativa profesional o, si no se tiene a mano, con un cepillo pequeño. La idea es aplicar el producto con la mayor precisión posible sobre la mancha. Los porcentajes de disolución siempre se indican en los envases del producto.
Acto seguido, es necesario secar rápidamente con aspiradora de líquidos o, en su defecto, con un paño de algodón, todo el agua después de realizar la limpieza. Si el suelo no queda limpio, evidentemente, necesitará otra pasada.
Una vez queda limpio, lo mejor es no pasar por encima del pavimento sobre el que se ha trabajado. La razón es sencilla: lo que se busca con esto es precisamente que las baldosas expulsen toda la humedad acumulada antes de pasar al siguiente paso, que es proteger las baldosas. En caso de ser imprescindible, deberá pisarse sin usar calzado y con calcetines gruesos.
Cómo proteger las baldosas
El secado del suelo de barro, eso sí, es largo y lleva días. Entre cuatro y cinco en exterior y de una semana a diez días en interior. A partir de ahí ya podremos proceder a proteger nuestras baldosas. Si fuese necesario, es posible que tengamos que pasar un punzón o una lijadora para eliminar los posibles restos de obra que no se hayan eliminado tras la limpieza previa. Después de esto es necesario despejar el pavimento, pasando de nuevo el cepillo y el aspirador.
La protección reduce la porosidad de la baldosa, evitando la aparición de salitres y humedades, además de disminuir el riesgo de manchas domésticas. Aquí no hace falta diluir nada. Lo que se utilizan son productos basados en la emulsión de ceras. Es decir, que de alguna manera lo que se va es a dar una nueva piel a la baldosa. Es lo que, tradicionalmente, se denomina pátina protectora de la baldosa de barro. Aquí, de hecho, se puede decidir aplicar productos que otorguen un acabado mate o un efecto mojado al suelo al completo.
Tras aplicar el producto protector, es necesario dejar secar por completo el pavimento entre cuatro y veinticuatro horas, todo en función de las condiciones meteorológicas, claro. En interior no hay ningún problema, salvo que en ningún caso se deberá pisar la superficie durante la fase de secado si no quieres que se queden marcas y huellas permanentes en el suelo de barro. En el exterior, el clima manda. Se aconseja fundamentalmente hacer este proceso en verano o primavera, siempre que no haya ningún tipo de posibilidad de que llueva, nieve o granice encima de nuestras baldosas.