Ejemplo de arquitectura bioclimática: el patio mediterráneo
Vemos las características del patio mediterráneo como ejemplo de arquitectura bioclimática
La arquitectura bioclimática, de la que hablamos en este artículo, es aquella que tiene en cuenta para su diseño, planificación y construcción las condiciones climáticas en las que se encuentra. Además, utiliza elementos bio constructivos para aprovechar los recursos naturales presentes en los materiales y elementos biológicos. Y un buen ejemplo de arquitectura bioclimática es el patio mediterráneo.
El patio mediterráneo, además de ser un elemento estéticamente infalible (en este artículo hicimos un repaso de qué elementos necesitas para tener uno en casa), es un ejemplo perfecto de cómo usar las condiciones bioclimáticas en favor del confort y el ahorro energético.
Lo primero y fundamental es su ubicación: al ser un «agujero» en el centro de las casas, se convierte en un elemento de regulación térmica para toda la vivienda. Pero en circunstancias en las que la radiación solar es demasiado alta, como es el caso del sur peninsular, no basta con un simple espacio abierto para luchar contra la incomodidad térmica. Hacen falta otros elementos imprescindibles. A saber:
La vegetación y el agua son dos elementos básicos de la arquitectura bioclimática
Los tres elementos sobre los que se sustenta el principio del patio mediterráneo, desde un punto de vista bioclimático, son el uso de la vegetación, el agua y la sombra. Tradicionalmente, las tres cosas convergen para maximizar el ahorro energético, ya que son elementos que, con estrategias distintas pero complementarias, ayudan al control de la temperatura y la humedad.
Favorecer las especies autóctonas, que vayan a sobrevivir mejor con menor cantidad de agua, y utilizar plantas trepadoras o que puedan proporcionar sombra, siempre es buena idea. Un emparrado puede quitar hasta quince grados de temperatura en lo más duro del verano, y el filtrado de rayos UVA que puede hacer la vegetación siempre es mayor que el de los tejidos textiles no especializados.
Respecto a los cauces de agua, ya estamos viendo proyectos a gran escala de arquitectura bioclimática en los que la circulación de agua es el pilar fundamental para combatir las consecuencias extremas del cambio climático.
El control del agua no solo refresca el ambiente: mantiene la temperatura estable. Además, alimenta (literalmente) los otros elementos fundamentales del patio. Solíamos encontrar los cauces de agua en acequias, albercas o fuentes en los patios mediterráneos clásicos, aunque hoy encontramos cuerpos de agua más estáticos, en forma de piscinas, jacuzzis o estanques.
El uso de los materiales: el zellige, los ladrillos y los azulejos de barro son los grandes aliados
Lo que permite conectar los elementos anteriores entre sí y con él mismo, el elemento aglutinante, es el material de soporte, la base del patio, el que lo sostiene. El material constructivo. Y no hay mejor aliado para el patio mediterráneo que el barro cocido.
Contar con ladrillos, baldosas o azulejos de barro cocido para los suelos o paredes del patio, o para dirigir los cauces de agua, permite mantener todas las propiedades que ya encontramos en el agua y las plantas.
En este artículo te explicamos en profundidad cuáles son las propiedades (hidro-térmicas entre ellas) del barro cocido. Pero lo cierto es que la ventaja de este producto no es sólo bioclimática: también es estética. Las sociedades mediterráneas, especialmente la andalusí y la magrebí, han utilizado el barro cocido para sus patios. Inspirándonos en esta tradición compartida, este año lanzamos nuestra colección Mediterránea de zellige, perfecta para transformar cualquier espacio al aire libre en un patio de ensueño.
Buscando en el pasado las soluciones del futuro
En todobarro no dejamos nunca de investigar. Como ya explicaremos en detalle más adelante, estamos explorando las posibilidades extrapolables que el patio mediterráneo tiene como elemento de arquitectura bioclimática para hacer de nuestras ciudades y espacios públicos lugares más vivibles y resilientes a los efectos devastadores del cambio climático.
Sabemos que el papel del barro cocido es un eje fundamental en esta educación. Pero también sabemos que hay mucho más allá de lo que podemos imaginar. Hay una razón por la cual las civilizaciones mediterráneas llevan usando este material desde el principio de su propia existencia, y en ella nos basamos para seguir adelante con nuestro trabajo de investigación e innovación, en el que colaboramos estrechamente con la Cátedra de Cambio Climático de la Universidad de Málaga.