Un damero de barro para una cocina a Ochenta Grados

Cuando uno va a un restaurante, la experiencia empieza en la puerta. O, al menos, esa es la filosofía de Ochenta Grados: una cadena de restaurantes madrileña que ha contado con el estudio Madrid in Love para el diseño de su nueva sucursal, en el Paseo de la Castellana.

Una experiencia inmersiva

La filosofía de cocina de Ochenta Grados es respetar lo máximo posible las propiedades de los alimentos, y ofrecer una experiencia dinámica y diferente. El estudio Madrid in Love ha querido volcar todos esos valores en un espacio único y lleno de matices.

Con una estética imbuida de la cultura pop de las últimas décadas del siglo XX, el interior de este restaurante refleja la misma mixtura de corrientes que se aprecia en su carta. Detrás de los cuadros, los vinilos y los carteles de neón, subyace un damero de barro de 120 metros cuadrados.

Una de las virtudes del interiorismo es transmitir una serie de sensaciones a quien habita el espacio, incluso antes de interactuar con él. El restaurante de Ochenta Grados, proyecta un aura de jungla urbana, que, sin renunciar a lo acogedor, transporta a quien entra por la puerta a una experiencia inmersiva.

Un damero de barro para el fondo de escena

Desde Madrid in Love decidieron cubrir las paredes del restaurante (al menos buena parte de ellas) con un damero formado por nuestras baldosas de barro en formato Cuadrado 20, en tonalidad pizarra.

El resultado es un fondo compacto y sólido, que otorga de profundidad pero también de calidez al espacio. El Cuadrado 20 es uno de nuestros formatos básicos más versátiles. En este caso, Madrid in Love ha complementado el damero con elementos decorativos, típicos de la cultura pop.

Destacan las señales de neón que están superpuestas a los dameros de barro: la contraposición entre un producto industrial sobre otro tradicional enfatiza las características tanto del fondo como de los detalles sobre él.

Por otro lado, han escogido la tonalidad pizarra. Al igual que todas nuestras tonalidades, las piezas pueden presentar destonificaciones, producto de la cocción artesanal en hornos de barro.

Sin embargo, el estudio de interiorismo responsable de este proyecto ha elegido presentar un tono uniforme y homogéneo, escogiendo sólo la variante más oscura dentro de la gama cromática de esta tonalidad. Podemos concluir que el resultado es espectacular.