El valor de la artesanía
¿Cuál es el lugar de la artesanía en el mundo digitalizado y mecanizado que habitamos? ¿Qué valores aporta el trabajo manual al ciclo de consumo?
Al pensar en la artesanía como concepto es imposible disociarla de otros como tradición, tiempo, esfuerzo o dedicación. Teniendo en cuenta el mundo tecnológico y digitalizado que habitamos, que está caracterizado por la producción en masa y la tendencia al consumismo, nos preguntamos qué papel ocupa el trabajo artesanal en la producción de bienes.
Algo más que una definición de artesanía
La artesanía hace alusión al trabajo realizado a mano, sin la utilización de maquinaria ni automatizaciones, que es sometido al menor número de procesos industriales posible. Lo ideal, de hecho, es que no pase por ninguno. Esta sería una definición muy escueta pero clara sobre la artesanía, sin embargo, hay mucho más detrás de ella.
Si bien es cierto que en plena era de la información es fácil investigar y adoptar las técnicas de cualquier sitio para aplicarlas a la elaboración de productos, una de las principales características de la artesanía es su relación directa con la cultura, los recursos y la historia del lugar donde se realiza. Un producto artesanal nos permite indagar en nuestros orígenes y volver a las raíces. Supone una prolongación de los oficios tradicionales y las técnicas ancestrales cada vez, desafortunadamente, menos empleadas.
Un objeto hecho a mano cuenta su propia historia. Si a pesar de los avances tecnológicos y digitales la artesanía y el concepto handmade están cobrando valor en este tiempo, es porque la producción en masa y la inmediatez a la que la industria nos ha acostumbrado no son capaces de aportar a un objeto una esencia verdadera. Una, en definitiva, con la que podamos conectar a nivel emocional y otorgarle un valor más allá de su funcionalidad.
Respuestas a la producción en serie
Precisamente, el hecho de tener a nuestro alcance series y series de los mismos objetos, que se repiten en todas partes en función de la moda de turno, hace que muchas personas lo interpreten como un aliciente para buscar justo lo contrario. Cada vez más, en todos los sectores, crece el interés por los productos alternativos, lo que ha dado lugar a nuevos movimientos como, por ejemplo, la slow fashion, la slow life, el zero waste, el consumo de proximidad, etc. Se trata de en un contexto que conecta directamente con la artesanía y que la propicia.
La sostenibilidad
La ecología se ha convertido en el punto de partida de muchas personas a la hora de crear y consumir. La artesanía está irremediablemente ligada a la sostenibilidad, pues el impacto ambiental que genera es, por regla general, anecdótico en comparación con el que se produce como consecuencia de los procesos industriales. Siendo así, además del valor de la tradición, la ecología y la preservación del medio ambiente también están implícitos en ella.
Consumidores responsables
Factores como la salud, el medio ambiente y la responsabilidad social de las empresas influyen en que cada vez se tenga más aprecio por los productos artesanales. Siempre existirá la opción de adquirir bienes teniendo en cuenta desde los productos con los que queremos alimentarnos a los que queremos utilizar para dar identidad a nuestros hogares.
Sin renunciar a la tecnología
La artesanía y la tecnología no son excluyentes. De hecho, se complementan bien. En todobarro, por ejemplo, utilizamos la tecnología digital de los renders para obtener simulaciones de nuestros teselados y poder apreciar el resultado final antes de fabricar las piezas o de instalarlas definitivamente. En este sentido, podría decirse que el software de renderizado es una herramienta más de nuestro taller.
La imperfección como un valor
Centrándonos por un momento en nuestro sector, lo habitual es que todas las piezas que se fabrican sean idénticas, tanto en sus virtudes como en sus defectos. Al elegir unas baldosas sabemos que todas serán perfectamente iguales. Sin embargo, esta no tiene por qué ser la única opción válida, ni mucho menos la mejor a nivel estético.
Cuando iniciamos nuestro proyecto tuvimos claro que queríamos ofrecer algo único a nuestros clientes partiendo de un material noble y sostenible como el barro cocido. Nuestro rasgo distintivo es, precisamente, la imperfección. Todas nuestras baldosas y azulejos presentan irregularidades que son consecuencia del trabajo manual que desempeñan nuestros maestros artesanos. Un trabajo que llevan a cabo utilizando técnicas de toda la vida en nuestra fábrica de Málaga.
Una tarea simple en su esencia se transforma en un arte al seguir el proceso de modelado, secado y cocción en horno árabe tradicional. Elementos como el aire y el fuego generan oquedades e imperfecciones tanto en la superficie como en la tonalidad, dando lugar a piezas que se diferencian sutilmente unas de otras y que en conjunto conforman teselados con personalidad que cuentan la historia de un material con miles de años.
Sin embargo, a pesar de que la tradición artesana está en nuestro ADN, también lo están el diseño y la vanguardia. Nuestros diseños, texturas y tonalidades actualizan el lenguaje estético del barro, lo cual nos ha otorgado el calificativo de neoartesanos en numerosos medios de comunicación.
En todobarro reinventamos la artesanía. Hacemos neoartesanía.