
Un suelo y friso de ladrillos de barro cocido para Doble Uve, obrador artesano en Madrid
UBICCA llena el suelo, el friso y el mostrador de Doble Uve con ladrillos de barro cocido
En este exquisito obrador de la calle Antonio Arias de Madrid, el icónico estudio UBICCA ha cubierto todo el suelo, el mostrador y el friso de ladrillos de barro cocidos, para los que usaron nuestro Ladrillo Rústico 25×12 en tonalidad Albero. Esta elección integral dota a un espacio que ya era singular de una personalidad intensa y envolvente, consiguiendo materializar con exactitud la visión inicial del estudio. Según sus propias palabras, esta consistía en conseguir un ambiente lo más cálido y artesanal posible.
El local tiene una distribución muy particular: la cafetería está en un local, y el obrador en otro, y ambos espacios solo se comunican a través de unas pequeñas ventanas o huecos. Esto tiene sentido desde el punto de vista de la funcionalidad de los espacios, pero el nuevo diseño firmado por UBICCA consigue visibilizar el trabajo del obrador, dar cohesión visual a todo el negocio, y conectarlo tanto dentro como fuera de ambos locales. El hilo conductor es, efectivamente, nuestros ladrillos de barro cocido.
Por qué poner un friso de ladrillos de barro cocido en un obrador: tonalidades e imperfecciones
Inspirados por el trabajo de Doble Uve, el estudio UBICCA (que también ofrece servicios de consultoría, arquitectura y construcción, además de interiorismo, y que además recibió la Medalla de Oro al Mérito en el Trabajo en 2016), buscó materiales que siguieran los principios que rigen un obrador: delicadeza y cuidado artesanal.
Existen muchas similitudes entre el trabajo que se lleva a cabo en obrador y en un taller de ladrillos de barro. Y es que la mecánica de producción, una vez esquematizada, es bastante similar. En ambas instancias, se mezclan materias primas de origen natural con las que se crea una mezcla o masa que después de hornea. Como consecuencia, los productos resultantes comparten algunas características sutiles pero fundamentales: el rango de tonalidades y las pequeñas imperfecciones.
A pesar de que nuestras tonalidades comparten, obviamente, una gama cromática dentro del mismo rango, los procesos de cocción del barro cocido crean pequeñas destonificaciones naturales en la superficie de los ladrillos. Esta heterogeneidad recuerda, incluso, a los colores del pan recién horneado.
Recubrir todo el suelo, el mostrador de la cafetería y el friso de ladrillos de barro hace que se unifique la propuesta estética sin caer en la fatiga visual de los materiales homogéneos. No es la primera vez que encontramos nuestras piezas cerca de los fogones de una cafetería o restaurante, pero la de Doble Uve ha sido una de las apuestas más integrales y más acertadas.



