
Dormir sobre los viñedos: ladrillos de barro rojo para decorar un apartamento enoturístico en La Rioja
Una histórica posada familiar reformada en apartamento de lujo usa nuestros ladrillos de barro rojo como acertado elemento decorativo
Que el barro cocido tiene unas aplicaciones bioclimáticas extraordinarias es algo de lo que hablamos (y que reivindicamos) con frecuencia, pero nos hace mucha ilusión cuando nos encontramos con proyectos que también ponen en valor las cualidades y posibilidades estéticas de este maravilloso material. En este caso, nos referimos a los murales de ladrillo rojo que el estudio bilbaíno Verno ha colocado en una reforma muy especial.
Encontramos nuestros ladrillos 40×10 en tonalidad rojiza en las paredes de un apartamento de lujo. A simple vista, en las fotos, parece una vivienda descontextualizada, pero cuando uno menos se lo espera, aparece la visión clara de un viñedo soleado a través de una pequeña ventana. Entonces todas las elecciones cobran mucho más sentido: la paleta cromática que sigue los colores tierra de una bodega, los materiales que evocan y reclaman el respeto hacia el entorno natural, las claraboyas que dejan entrar la luz riojana a chorros…
Tal y como se puede leer en todas las notas de prensa que han hecho referencia a la renovación de sus apartamentos enoturísticos, Ostatu es el nombre de la bodega que contiene estos apartamentos, y ostatu significa en euskera refugio, alojamiento, o venta. Parte del complejo arquitectónico que alberga la bodega y que ha servido durante años como casa familiar es una posada histórica que los viajeros que van hacia el norte conocen bien desde hace siglos. Ahora, la familia ha reformado este hospedaje en unos apartamentos de lujo con los que ofrecer una experiencia enoturística única.
Ladrillos de barro rojo como punto de referencia cromática
Ostatu es la bodega que la familia Sáenz de Samaniego lleva defendiendo desde hace generaciones en la Rioja Alavesa. Con los años se han posicionado no solo como uno de los nombres más representativos de la zona, sino como una referencia de enoturismo local.
En la acertada reforma de sus apartamentos, apenas se encuentran ángulos rectos. Todas las esquinas, tanto de las paredes como de los muebles, están redondeadas, recordando quizá a las formas suaves de las botellas y al flujo del líquido granate que trae aquí a los visitantes. Este recordatorio no está solo en las formas: como hemos dicho también se encuentra en el color y en la elección de los materiales. Y aquí es donde sacamos a colación nuestros ladrillos rectangulares de barro rojo 40×10. El estudio los ha colocado en alternancia con un fondo de fibras que recuerdan al cañizo en unos cuadros rectangulares, perimetrados por una tira de luces led escondidas alrededor que iluminan el material con luz cálida.
Y el resultado es que los ladrillos de barro rojo se convierten en el acento cromático del espacio. La coloración de estos ladrillos no solo nos recuerda al terruño riojano donde crecen las vides, sino que también nos trae a la retina la madera, especialmente con esta iluminación tan particular, recordándonos una vez más que estamos aquí por la alquimia que sucede dentro de los barriles.
Nuestra enhorabuena a quienes han firmado el proyecto, por haber sabido ver todo el significado que pueden transmitir unas pocas filas de barro cocido colocadas en una pared. Ha quedado una reforma preciosa.


