Qué es el Zellige
Una aproximación para entender qué es el Zellige: la historia de un azulejo
La palabra zellige significa en árabe “piedra pulida”, y hace referencia a un tipo de azulejería y técnica de mosaico tradicional característico de Marruecos y el norte de África. A pesar de que nos pueda resultar extraña la palabra, no hace falta alejarse mucho para saber qué es el Zellige, ya que lo encontramos en abundancia en la arquitectura peninsular, especialmente en la andaluza. Sus reconocibles patrones han permeado todas las capas de la alfarería andalusí hasta nuestros días, y hoy encontramos vestigios de la tradición del Zellige en monumentos históricos, en edificios públicos y en los zócalos de las casas. Vamos a hacer un repaso por la historia y técnica de este mosaico tan característico del arte almorávide que no deja de sorprendernos y cuya belleza no pasa de moda.
Breve acercamiento al mosaico magrebí
En el Zellige está el origen de nuestra tradición azulejera. Tanto es así, que el árabe original zillīj (زليج) nos da nuestra palabra “azulejo”. Las primeras muestras de Zellige las encontramos en el Magreb en torno al siglo X, con fuertes influencias romanas, bizantinas y fenicias. Algunas fuentes sitúan el origen en Túnez, y otras en Marruecos hacia el siglo XII, aunque probablemente, y como pasa con todos los movimientos artísticos, su invención, desarrollo e implementación se tratase de un continuo fluir que no admite corte ninguno.
El Zellige es una técnica que combina dos elementos muy característicos del arte magrebí: el color y la geometría. La religión islámica ha favorecido en determinadas épocas históricas una tendencia iconoclasta, es decir, sin representaciones figurativas de personas y animales. Hacemos hincapié en la tendencia y no la prohibición, ya que, como explica el Patronato de la Alhambra, es un mito que nunca se hayan representado figuras humanas (existen tantos ejemplos que tenemos incluso catálogos).
Por una razón u otra, lo cierto es que nuestros vecinos magrebíes han sido históricamente expertos en el manejo del color y las formas para crear geometría. Esta masterización del arte del mosaico da lugar a algunos de los ejemplos más espectaculares e icónicos de nuestro patrimonio monumental. No hay más que acercarse a las paredes de la Mezquita de Córdoba, la Giralda de Sevilla o la Alhambra de Granada para encontrar claros ejemplos de cómo estos dos elementos son más que suficientes para crear espacios icónicos en todo el mundo.
“Cortar la piedra pulida”: uno de los usos más sofisticados del barro cocido
El Zellige nace de una losa de barro cocido que se pule, se marca, y se corta a mano, pieza por pieza. Como es una técnica que tradicionalmente utiliza tintes naturales (aunque en la actualidad se utilizan tinturas sintéticas en algunos procesos de producción), los primeros ejemplos que encontramos de la Edad Media sólo usaban tonalidades blancas y marrones. Conforme se fueron descubriendo nuevas tinturas, se fueron incorporando al color de las piezas, enriqueciendo la complejidad de los patrones.
Con la incorporación del verde, el azul, y más tarde el rojo y el amarillo, se termina completando la paleta que nos es familiar hoy en día. A pesar de que se podría conseguir artificialmente prácticamente cualquier color, parte del carácter del Zellige reside en su fabricación artesanal. Hoy en día, vemos una tendencia creciente al uso monocromático de esta técnica. Pero profundicemos en el siguiente apartado:
La belleza de la imperfección que es el Zellige
Desde que hiciese su aparición en el período almorávide, el Zellige no se ha ido nunca de las paredes magrebíes y sur peninsulares. Sin embargo, en los últimos siglos, se ha ido extendiendo alrededor del mundo, hasta convertirse en una tendencia arquitectónica que simboliza la sofisticación, la exclusividad y el trabajo artesanal.
El mundo del diseño no se cansa del mosaico Zellige. Y es que las posibilidades de esta técnica son bastante infinitas, ya que se puede utilizar para cubrir prácticamente cualquier superficie (incluyendo piscinas, techos, encimeras…). Además de ser precioso, mantiene todas las cualidades que más nos gustan del barro cocido (que, de nuevo, es de lo que está hecho). Ayudan a la conservación de la temperatura, a la absorción de humedad, a la reducción del impacto ambiental… por no hablar de lo agradable que resulta su textura glaseada al tacto.
Según publican los medios especializados, los estudios arquitectónicos y de diseño están inclinándose hacia el uso monocromático del Zellige. Y es que la propia forma de fabricación de este formato consigue un resultado final que es a la vez lujoso e imperfecto.
En todobarro hemos podido comprobar una y otra vez cómo los azulejos glaseados pueden traer vida a una habitación como pocos otros materiales son capaces de hacerlo. Lo mucho que debemos a la tradición azulejera magrebí lo estructuramos en torno a no parar nunca de aprender e incorporar a nuestro savoir faire todo el conocimiento tradicional que, por suerte para nosotros, parece no acabar nunca.