Qué es la arquitectura vernácula
Nos acercamos a ver qué es la arquitectura vernácula; un concepto imprescindible para construir un futuro vivible en la crisis climática
Dentro de todas las medidas que necesitamos para adaptarnos al mundo que se viene, la recuperación e investigación de conceptos antiguos es de las más importantes. La innovación técnica y científica es imprescindible para hacer frente a los desafíos del presente y del futuro, pero también tenemos que mirar hacia atrás, porque los pueblos que vinieron antes que nosotros ya habían encontrado soluciones para problemas que olvidamos a lo largo de los siglos XIX y XX. Hagamos una primera exploración hacia qué es la arquitectura vernácula.
Empecemos con definiciones literales: «vernácula» significa «propio del lugar, región o país de que se trata». Es decir, algo vernáculo es algo autóct0no.
Características de la arquitectura vernácula
Dado que la arquitectura vernácula es aquella autóctona de una región, las características que comprenden se derivan de esta misma condición. Para explorar cómo es esta arquitectura, hay que aproximarse a las siguientes condiciones:
- El uso de materiales locales. Aprovechar los recursos al alcance de la construcción es fundamental. Y tiene sentido, ya que esto permite cumplir con los dos puntos siguientes. Esta práctica no solo reduce la huella de carbono de las construcciones, sino que también asegura la perfecta adaptabilidad de los materiales al entorno.
- La máxima eficiencia energética. Las viviendas de arquitectura vernácula están diseñadas para ser lo más confortables posible, y las estrategias que usan para ello fueron desarrolladas mucho antes de que los avances tecnológicos nos permitiesen poner calefacción radiante o aire acondicionado. Aplicar principios de arquitectura vernácula nos permite maximizar las horas de frescor en verano y de calidez en invierno dentro de las viviendas.
- La durabilidad de las construcciones. Antes de la revolución que vivió el mundo de la construcción en el siglo XX, construir una vivienda era algo que costaba mucho dinero y esfuerzo. Las viviendas se heredaban de unas generaciones a otras, por lo que tenían que ser resistentes y duraderas.
El patio mediterráneo: el ejemplo perfecto de AV
En artículos anteriores hablamos de cómo el patio mediterráneo constituye un ejemplo perfecto de arquitectura bioclimática. También cualifica, en este caso, como ejemplo de arquitectura vernácula.
Originalmente, los patios mediterráneos han servido de lugar de encuentro, de corral, o de espacio de almacenaje. Siempre han tenido un uso funcional, relacionado con el clima, la idiosincrasia y la cultura local.
Muchas de las mismas características que convierten al patio en arquitectura bioclimática también lo convierten en arquitectura vernácula, ya que son conceptos íntimamente relacionados que a veces se solapan. Pero vamos a desgranar qué características del patio mediterráneo hacen de él un gran ejemplo de arquitectura vernácula:
- Encontramos numerosos ejemplos en todas las épocas de toda la cuenca mediterránea. La popularidad de esta estructura tiene que ver con los efectos térmicos y sociales tan positivos que tiene en las viviendas, (además de su practicidad, como lugar para guardar objetos, cosechas o animales domésticos).
- Los materiales con los que se construye el patio, tradicionalmente, son autóctonos. Esto puede parecer un oxímoron, ya que un patio es, en principio, un vacío. Sin embargo, los materiales de base y revestimiento son tan importantes como en cualquier otra construcción, si no lo son más, ya que en el caso de muchos patios, lo principal es la cubierta. Así, en el patio mediterráneo tradicional encontramos especies vegetales nativas, cursos de agua derivados de los sistemas de regadío tradicionales, y revestimientos de barro cocido, hecho con materiales locales.
El papel del barro cocido en la arquitectura vernácula
Lo interesante de la relación entre barro cocido y AV es que este es un material omnipresente, por tanto podría considerarse inherente al propio concepto, al menos cuando hablamos de sociedades mediterráneas.
Sabemos que está presente desde el principio de nuestra historia. Como hemos contado tantas veces, se trata de un material práctico, extremadamente versátil, asequible, sostenible y duradero. Todas las características del barro cocido justifican de sobra su estrecha relación con la arquitectura autóctona de las sociedades mediterráneas.
Con la revalorización del conocimiento que atesora la arquitectura vernácula, queremos profundizar aún más en sus propiedades, y en las posibles aplicaciones de cara a los desafíos del siglo XXI. Nuestros antepasados sabían el papel que jugaba el barro en su arquitectura, y el prisma moderno desde el que hemos visto el uso de los materiales de construcción muchas veces ha reducido ese uso a la errónea simplificación de que si los ancestros usaban barro cocido era porque no tenían otros materiales a su disposición. Nosotros queremos reivindicar el uso del pasado, exprimirlo, y traerlo al presente para extraer las claves del futuro.