
Una tabla de degustación hecha de barro cocido: nuestra colaboración en Con alma design
Recordamos una colaboración de ensueño con la firma mallorquina especializada en tablas de degustación artesanas
Ya hemos dicho muchas veces que nos emociona cuando un proyecto o colaboración se centra en poner de manifiesto las cualidades estéticas del barro. Y en pocos proyectos se sublima tanto esta intención como en la colaboración que hicimos hace unos años con la firma mallorquina Con alma design.
A pesar de que en sus perfiles podemos encontrar algunos de los diferentes trabajos artesanos de madera que realizan, el producto insignia de Con alma design son las tablas de degustación. Tal y como explican en su página, trabajan con las imperfecciones de los materiales naturales y los procesos artesanales, producen bajo demanda, y cuidan con mimo las herencias tradicionales de la tierra donde viven y manufacturan sus piezas únicas. Es un discurso en el que reconocemos mucho de nuestra propia filosofía y formas de trabajar.
Hace un par de veranos, utilizaron nuestro Rectángulo 20 x 10 en Blanco Antiguo para una serie limitada de tablas. Acompañaron las piezas de una pequeña asa de madera artesanal, que realizan, como todas las piezas que producen, en su pequeño taller. Y el resultado es sencillamente espectacular: un producto que celebra la belleza y delicadeza del barro, un material que resalta lo que sea que se ponga en su superficie, creando la mezcla perfecta de presencia y sutileza. Las fotos hablan por sí solas.
Lo que permite una tabla de degustación hecha de barro cocido
El barro cocido no es ningún extraño en la cocina. De hecho, los primeros vestigios de barro cocido que encontramos en la humanidad estaban destinados al almacenamiento de comida y agua, seguidos de las herramientas de consumo (como platos y vasos).
A pesar de que materiales más modernos como el acero y tecnologías como las placas de inducción y las vitrocerámicas han desplazado a las formas tradicionales de cocinar con barro, todavía lo encontramos en numerosas cocinas de todo el mundo, y es un básico de cualquier cocina profesional que se precie.
El barro cocido es fácil de limpiar, absorbe el calor lentamente y lo libera con rapidez, permitiendo mantener estable durante más tiempo la temperatura de los alimentos que van encima (y todo eso por no mencionar que, además, es precioso). En el caso de nuestras baldosas, la textura Antique que conseguimos gracias a un proceso de envejecimiento controlado, dota a la superficie de todas las piezas de una textura suave y sedosa, perfecta para pisar con los pies descalzos, pero también para poner sobre la mesa.
Además, se trata de un material que admite diferentes tipos de tratamientos y esmaltados, que pueden ser necesarios para contextos culinarios como este, dependiendo del uso específico que se le dé a cada producto. Estamos acostumbrados a verlo en otros proyectos relacionados con el mundo culinario, en encimeras, paredes y paramentos, pero es en este proyecto donde lo vimos por primera vez en una tabla de degustación. Se trata de una de nuestras colaboraciones más delicadas y no podemos sino aplaudir el resultado.


