Por qué arrancamos los árboles de aguacate de nuestra finca en Coín

Vemos qué consecuencias tiene el cultivo intensivo de aguacate en Málaga y cómo en todobarro nos hacemos cargo de nuestra parte de responsabilidad medioambiental

En una ensalada navideña con gambas. Así es como conocimos muchos en la península los aguacates, un alimento que en los 80 llegaba a nuestras mesas en ocasiones especiales desde Latinoamérica y también desde Canarias, donde llevaba siglos cultivándose a pequeña escala.

A partir de 2010, no obstante, la situación cambió drásticamente: todos queríamos comernos esos frutos verdes tan apetecibles y healthy que veíamos en desayunos, comidas y cenas perfectamente fotografiadas en redes sociales. La tendencia viral, que comenzó en Estados Unidos, llevaba ya unos años también despuntando en Europa, donde crecía la demanda de lo que muchos catalogaron como ‘súperalimento’ por sus propiedades nutricionales.

Los agricultores lo sabían, y cuando explotó la crisis económica de 2008, muchos propietarios de fincas de Málaga y Granada -entre los que se encontraban los familiares de nuestro fundador, Pedro Rosa– decidieron buscar cultivos más rentables a los tradicionales. Así, se deshicieron de olivos, almendros, nogales y cítricos y plantaron en su lugar mangos y aguacates, transformando en poco tiempo hectáreas y hectáreas de secano en fincas de regadío.

Pero no fueron los únicos: conscientes del filón, fondos de inversión entraron también en el negocio, desplazando las pequeñas explotaciones familiares y apostando por un modelo hiperintensivo, mecanizado y, muchas veces, precarizado.

El coste hídrico del aguacate en Málaga

Los aguacates ya habían comenzado a cultivarse en Málaga a mitad del siglo XX, aunque de manera tímida: nada que ver con el boom que experimentaron después. Las condiciones del microclima de la provincia, subtropical y sin heladas, la hacían perfecta para su siembra. El problema, sin embargo, es que este fruto proviene de México y Guatemala, donde las precipitaciones, a diferencia de lo que ocurre en Málaga, son muy abundantes.

Así, para obtener 100 gramos de aguacate, un cultivo tropical, se necesitan 160 litros de agua, mientras que para obtener 100 gramos de aceituna, un cultivo mediterráneo, solo se requieren 0,5. No obstante, no fue algo que tuvieran demasiado en cuenta quienes lo plantaron al principio, pues muchos confiaron en que necesitase más o menos la misma cantidad de riego que los cítricos.

No obstante, la realidad fue muy distinta: la alta necesidad de agua del aguacate, unido a las sequías comunes en la provincia, hicieron que se excavasen multitud de pozos ilegales, afectando gravemente a la sostenibilidad hídrica del territorio. Así, se estima que solo en la Axarquía, entre el 30% y el 40% de la superficie de regadío podría ser ilegal.

Más allá de la falta de agua: deforestación y pérdida de biodiversidad

Pese a su gravedad, la sobreexplotación de acuíferos, denunciada una y otra vez por organizaciones como Ecologistas en Acción o Greenpeace e incluso investigada por el SEPRONA (Servicio de Protección de la Naturaleza de la Guardia Civil) y la Fiscalía de Medio Ambiente, no es el único problema que presenta la siembra de aguacate en Málaga.

La propia preparación del terreno para el cultivo de este fruto traído de otras latitudes implica deforestación (hay que arrasar por completo con plantaciones mediterráneas) y movimientos masivos de tierra. Esto, a su vez, provoca erosión y pérdida de minerales en el suelo, lo que degrada su calidad y aumenta la necesidad de fertilizantes y pesticidas. También elimina la vegetación autóctona, destruyendo hábitats esenciales para muchas especies locales, lo que reduce la biodiversidad.

Sin embargo, a pesar de las reiteradas denuncias de organizaciones ecologistas y sociales sobre el impacto ambiental y la crisis hídrica provocada por el cultivo intensivo de aguacate en Málaga, este sigue siendo masivo y, de hecho, debido a su alta rentabilidad, continúa expandiéndose tanto en la provincia como en otras zonas de Andalucía y la Comunidad Valenciana.

¿Cómo podemos hacer frente a los problemas generados por el cultivo de aguacate en Málaga?

El panorama es complejo y, como consumidores, solo podemos tratar de minimizar el consumo de aguacate, e intentar adquirir aquellos que provengan de producciones sostenibles. Como empresa, sin embargo, en todobarro hemos dado un paso más, y hemos decidido sustituir los aguacates de la finca familiar de nuestro fundador por especies mediterráneas (mirto, algarrobo, encina, laurel, lentisco, boj…), creando una isla de biodiversidad alboránica y testeando su comportamiento.

Las plantas seleccionadas están perfectamente adaptadas al clima local, por lo que no necesitan apenas cuidados ni riego. Asimismo, crean microhábitats que benefician a insectos polinizadores, aves y pequeños mamíferos de la zona, promoviendo un ecosistema autóctono más equilibrado.

Las raíces de las especies elegidas, además, ayudan a prevenir la erosión del suelo y contribuyen a mantener su fertilidad, pues, a diferencia de los monocultivos de aguacates, no agotan sus nutrientes, sino todo lo contrario. Todo esto reduce la vulnerabilidad del sistema a plagas, enfermedades y cambios climáticos, aumentando la resiliencia del paisaje mediterráneo y recuperando la riqueza natural y cultural de nuestro territorio, uno de los objetivos fundamentales de todobarro.

Un miembro de la empresa sostenible todobarro trabaja en la construcción de la isla de biodiversidad alboránica
Foto del talud donde se han tomado medidas de sostenibilidad medioambiental en el tejar de todobarro
Foto de una de las cajas de madera retornables que usamos para el transporte sostenible de material
Union Europea
Este comercio ha obtenido una subvención cofinanciada por la Unión Europea a través del Fondo Europeo de Desarrollo Regional y la Administración de la Junta de Andalucía, a través de la Consejería de Empleo, Empresa y Trabajo Autónomo con el objetivo de conseguir un tejido empresarial más competitivo
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Todobarro ha sido beneficiaria de Fondos Europeos, cuyo objetivo es el refuerzo del crecimiento sostenible y la competitividad de las PYMES, y gracias al cual ha puesto en marcha un Plan de Acción con el objetivo de mejorar su competitividad mediante la transformación digital, la promoción online y el comercio electrónico en mercados internacionales durante el año 2024. Para ello ha contado con el apoyo del Programa Xpande Digital de la Cámara de Comercio de Málaga. #EuropaSeSiente
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