Con la vista puesta en el cielo: restaurante Doña Luz
Mostaza Design apuesta por nuestras baldosas de barro para el suelo del restaurante Doña Luz ubicado en las nubes.
Las vistas que se aprecian desde el restaurante Doña Luz Rooftop solo pueden competir con los exquisitos platos fusión que crean en su cocina. El estudio Mostaza Design fue el encargado de darle identidad a este rooftop ubicado en pleno centro de Madrid y apostó por nuestras baldosas de barro para el proyecto.
Inspiración colonial
Cuando uno traspasa el umbral de Doña Luz la urgencia y el bullicio de la Puerta del Sol se olvidan al instante. En este restaurante-azotea la calle queda muy lejos mientras que la calma y las buenas sensaciones llegan rápidamente. Conseguir un efecto así no es sencillo, y el equipo de diseñadores e interioristas de Mostaza Design lo consiguió inspirándose en en los patios coloniales de Cartagena de Indias, transmitiendo la luz, la alegría y el color de esta ciudad colombiana.
La esencia se encuentra en cada elemento decorativo. Materiales orgánicos como la madera, el mimbre o el barro cocido refuerzan la sensación de autenticidad que se desprende de la atmósfera de Doña Luz. Los elementos vegetales se encuentran por todas partes, incluyendo un jardín vertical que confiere identidad y frescura al restaurante.
Suelo de barro para Doña Luz
Siempre nos entusiasma ver nuestras baldosas integrándose con el resto de elementos de un proyecto y formando parte de un entorno único. Para Doña Luz seleccionaron dos formatos diferentes para dos zonas de exterior. El pavimento de barro resiste muy bien el paso del tiempo y la exposición a elementos externos. De hecho, con el tratamiento adecuado, cuanto más tiempo pasa, mejor envejece. Con el paso del tiempo las baldosas de barro adquieren una textura y un color únicos.
Los formatos seleccionados para la terraza fueron, por una parte, nuestro triángulo equilátero de 30 centímetros, una de nuestras baldosas más solicitadas. Por otra, los interioristas se decantaron por el hexágono 20, que da lugar a un teselado atemporal de mucho carácter. Ambos formatos, tan diferentes entre sí, conseguían delimitar los espacios pero compartían las mismas tonalidades: pizarra, paja flameada y rojiza. El resultado fue un suelo original y diferente en sintonía con el espíritu del restaurante que, además, es de origen natural y 100% sostenible.