Qué es la bioconstrucción

, 18 noviembre, 2020

Construir de forma sostenible es posible. En este artículo conoceremos qué es la bioconstrucción y por qué es necesaria

¿A quién no le gustaría vivir en una casa saludable que, además, es respetuosa con el medio ambiente? Probablemente si nos dieran a elegir, no tendríamos ninguna duda: nos quedamos con una vivienda sostenible. Existe una construcción ética que se apoya en principios ecológicos y que afortunadamente genera cada vez mayor interés. Hoy queremos hablar sobre qué es la bioconstrucción y qué impacto tiene esta disciplina de la Arquitectura.

El origen de la bioconstrucción

Tal y como explicó la arquitecta experta en bioconstrucción Petra Jebens en una entrevista a Europapress, la bioconstrucción es una ciencia que tiene su origen en la Alemania de 1976, año en el que se inauguró el Institut für Baubiologie + Nachhaltigkeit IBN (Institudo Alemán de Bioconstrucción). Esta institución nace para dar solución a las enfermedades que padecían las viviendas en esa época, producidas, esencialmente, por la contaminación química de los materiales sintéticos.

La bioconstrucción debe entenderse como la forma de construir respetuosa con todos los seres vivos.

 

En ese momento surgió una nueva manera de concebir la Arquitectura y de entender la casa como un ecosistema, vivo, armónico y en equilibrio con sus habitantes y con el entorno en el que se ubica. Por tanto, reciben el calificativo de bioconstrucción aquellos edificios realizados con materiales de bajo impacto ambiental, reciclados, reciclables o extraíbles mediante procesos sencillos y de bajo costo, como por ejemplo el barro cocido. El sector de la construcción es uno de los más contaminantes y la bioconstrucción pretende minimizar este efecto negativo, ayudando a un desarrollo sostenible que no agote los recursos. Además, entre sus principios también se encuentra el de conseguir un hábitat beneficioso para la salud de las personas.

Aunque, en realidad…

La bioconstrucción ha existido siempre. Desde que el ser humano necesitó cobijarse de las inclemencias del tiempo y le urgió protegerse de los peligros que le rodeaban. Las antiguas generaciones construían sus hogares con los materiales que tenían en su entorno más próximo. Los extraían de la naturaleza y los procesaban de manera artesanal, aprovechando, además, recursos naturales como el sol, el viento o el agua.

Es precisamente esa vuelta a los materiales naturales y sostenibles uno de los principales pilares de la bioconstrucción tal y como la conocemos hoy. Se trata de una vuelta a los orígenes que no implique renunciar a los beneficios que aporta la tecnología. La bioconstrucción nos permite fijar la mirada en un futuro más verde a partir de la eficiencia energética de nuestras viviendas, algo que la Arquitectura moderna ha olvidado perpetuar.

No obstante, gracias a personas visionarias como Petra Jebens no está todo perdido. El estudio que dirige en Sobrarbe (Aragón) ha ejecutado alrededor de 90 edicificios en los últimos 18 años siguiendo este modelo, la mayoría de ellos en zonas rurales, despertando al mismo tiempo el interés y la curiosidad de técnicos y profesionales del sector que también empiezan a interiorizar la posibilidad de construir de manera sostenible.

Ahora que sabemos qué es la bioconstrucción, hablemos sobre los materiales

Según las 25 pautas de la bioconstrucción emitidas por el IBN, hay que prestar especial atención a los materiales de construcción. Cuando estos son de mala calidad o han sido sometidos a procesos industriales agresivos, pueden resultar no solo contaminantes sino también tener un efecto nocivo en la salud de las personas, generando enfermedades respiratorias, mareos, etc. Por ello, los materiales deben ser:

  • Materiales naturales y no adulterados. Un elemento que no se pueda reciclar, reutilizar, que resulte contaminante o que tenga una vida útil corta no debería usarse en construcción. A largo plazo, los residuos se cuentan por miles de toneladas.
  • Inodoros o de olor agradable que no emitan sustancias tóxicas. La mayoría de materiales utilizados en el sector contienen productos tóxicos que se mantienen en la casa, influyendo directamente en la salud de las personas.
  • Materiales de baja radioactividad. Entre ellos están la madera, algunos tipos de piedra y el barro.

Una nueva manera de relacionarnos con los espacios que habitamos

Además de los objetivos ecológicos, como ya hemos mencionado, la bioconstrucción busca mejorar la salud y el confort en nuestras viviendas y centros de trabajo. Se consigue encontrando el equilibrio en la calidad del aire interior, dejando que la propia casa respire y se ventile con superficies higroscópicas, confortables en el aspecto térmico, lumínico, acústico y espacial. Se trata de estudiar un espacio interior teniendo en cuenta su relación con el exterior; con la geografía y con el clima.

Según la Teoría de las Cinco Pieles que estableció el artista austriaco Friedensreich Hundertwasser, el ser humano está protegido por cinco capas: la epidermis, la ropa, el hogar, el entorno social y el entorno mundial (entendido este desde un punto de vista ecológico). Si el hogar, las casas que habitamos, son nuestra tercera piel, tenemos que cuidarlas, que construirlas con conciencia ecológica, proyectarlas a largo plazo. Conviene integrarlas en el espacio, utilizar materiales que respeten la naturaleza y nuestro bienestar. Conviene, en definitiva, mantener esa tercera piel sana y reluciente, y en la bioconstrucción encontramos el medio.

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