Isla de biodiversidad alboránica: prevención y reparación
Exploramos la noción de isla de biodiversidad como opción sostenible de responsabilidad medioambiental en el entorno de producción
Una isla de biodiversidad alboránica es una parcela delimitada de terreno que se repuebla con especies endémicas de la zona, en este caso la biosfera alboránica, dando así lugar al nombre de esta práctica. El uso de estas islas en entornos de producción presenta una serie de ventajas estructurales y reparaciones medioambientales que nos llamó poderosamente la atención desde que escuchamos hablar de ellas.
Vamos a explorar en qué consisten exactamente estas parcelas. También qué beneficios reportan a un entorno productivo, y por qué hemos decidido implementar una estrategia de islas en el tejar de todobarro.
Las islas de biodiversidad se empiezan a plantear desde hace unos años como alternativa sostenible (y económica) a la reparación de hábitats naturales en entornos desnaturalizados, como zonas urbanas o deforestadas.
Un equipo de profesionales, biólogos y ambientólogos, evalúan qué combinación y en qué proporciones de plantas, arbustos, árboles y elementos agrícolas pueden generar el mayor beneficio para un entorno determinado. Esta combinación dependerá del clima, de las condiciones del terreno, la fauna local, y las intenciones de reparación.
Una isla de biodiversidad en contextos diversos
Un ejemplo del uso de las islas de biodiversidad es este proyecto del Centro de Recuperación Briznal, coproducido por el Ministerio de Transición Ecológica. En él, se pretende restaurar hábitats favorables para insectos polinizadores, como abejas o mariposas, en entornos urbanos.
El asfaltado, la deforestación y la contaminación hacen cada vez más difícil la supervivencia de estos insectos en nuestras ciudad. Esta isla en concreto se componen tanto de especies vegetales como de elementos inorgánicos.
El jazmín, la madreselva, los arbustos de aromáticas y de leguminosas son necesarias para la felicidad de los insectos, pero también lo son otros elementos como un «hotel de abejas», una compostera de hojas secas o un jardín de rocas y madera en descomposición. Todos estos elementos forman parte de esta isla de biodiversidad en concreto.
Siguiendo esta lógica, cada isla y cada proyecto tiene sus particularidades. No es lo mismo crear una isla de biodiversidad para las mariposas de Madrid que para detener las riadas de la Ribera Alta en Valencia. Y es que los usos de esta técnica también pueden ser prácticos. O con fines agrícolas. O para mejorar el rendimiento del terreno.
Está más que comprobado que la deforestación se relaciona directamente con las inundaciones, las riadas y la pérdida de suelo. Es una relación directa y muy sencilla tanto de ver como de demostrar.
Por eso, algunas islas se utilizan para minimizar drásticamente los efectos destructivos de las lluvias torrenciales, mejorar la calidad del suelo y compensar por emisiones de gases. Este último es el caso de las islas de biodiversidad en entornos productivos.
Isla de biodiversidad alboránica en el tejar de todobarro
En todobarro hemos decidido implementar una estrategia de ecologización del entorno productivo mediante islas de biodiversidad alboránica. Gracias al asesoramiento experto de nuestros compañeros de AGUESA, empresa subsidiaria de Soluciones Basadas en la Naturaleza de Málaga, o SbN, se ha determinado el lugar y la extensión de nuestra isla.
El clúster de empresas de Soluciones Basadas en la Naturaleza es un grupo multidisciplinar de entidades y empresas de Málaga interesadas en profundizar en la aplicación del enfoque de soluciones basadas en la naturaleza (SbN) en el entorno local. Junto a la Diputación de Málaga, se publicó en febrero de este mismo año una Guía para la Aplicación de Soluciones Basadas en la Naturaleza en la Provincia de Málaga.
En este documento, se recogen quince fichas de proyectos teóricos consistentes en estrategias de SbN pensadas específicamente para la provincia de Málaga. La ficha número 7 se titula «Islas de biodiversidad alboránica». Este modelo experimental fue desarrollado en un proyecto de investigación dirigido por el doctor Enrique Salvo Tierra, profesor de Botánica de la UMA, en colaboración con la Oficina del Mediterráneo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
El objetivo de este proyecto (todobarro es la primera entidad en ponerlo en práctica) es complejo y múltiple. Por un lado, pretendemos proteger el talud sobre el que se está emplazando la isla. Al ser un terreno de elevada pendiente y sin vegetación alguna, cuando hay riadas se genera una escorrentía que eventualmente podría provocar el colapso de las estructuras colindantes, que terminarán haciendo las veces de diques de contención sin estar preparadas para tal fin.
La plantación de las especies que se han seleccionado creará una red de raíces que podrán absorber en gran medida el exceso de agua, y a la vez contener el material del talud para evitar que las lluvias se lleven consigo la tierra. Por otro lado, y tal como explican los compañeros de AGUESA:
estas Islas de Biodiversidad que vamos a crear con vegetación endémica brindarán un entorno con un valor ambiental y unos servicios ecosistémicos mucho mayor que el que existía anteriormente. Además, recuperarán el suelo y especies de fauna e insectos que anteriormente no podían desarrollarse en la zona. Se crearán zonas de matorral y un sotobosque que creará hábitats importantes para la recuperación del entorno y aumentar el valor ambiental.
En tercer lugar, siguiendo tanto el espíritu de todobarro como el de AGUESA, con estas islas de biodiversidad alboránica pretendemos recuperar el sistema tradicional de riego por acequia. Este sistema aprovecha y canaliza precipitaciones y cuerpos de agua naturales y se convierte en una parte más del ecosistema. Al igual que nuestros hornos de barro, el sistema acequias encuentra su origen en la Edad Media andalusí.
Ecotejar: una pequeña reparación para el medio ambiente
El último de nuestros objetivos es que nuestras islas de biodiversidad alboránica sirvan como reparación medioambiental para compensar por la actividad industrial que se desarrolla en el tejar. Nuestro compromiso con el medio ambiente nos ha llevado a implementar prácticas tan sostenibles como sea posible. Nuestros hornos están alimentados con restos agrícolas de las podas locales. Las baldosas de barro y los azulejos se secan al aire libre, y el plástico de un solo uso ha desaparecido de nuestra vida.
Sin embargo, toda actividad comercial conlleva inevitablemente un desgaste medioambiental. La actividad biológica de nuestras islas pretende ser también una compensación por las emisiones de partículas de CO2 y de polvo que inevitablemente se desprenden de los procesos de fabricación de nuestros suelos de barro.
Queremos establecer una relación de simbiosis con nuestro entorno de producción: restablecer parte de los recursos que tomamos de la tierra a la vez que damos un servicio ecosistémico al entorno. La isla de biodiversidad alboránica protegerá a nuestro tejar de las inundaciones y los vientos indeseados, y a cambio nosotros creamos un medio lo más ideal posible para faunas y floras locales.
Esperamos que a través de esta iniciativa, otros tejares se unan al movimiento de sostenibilidad artesana en el que tanto creemos. Un ecotejar es un concepto fácilmente aplicable y replicable que precisa sobre todo de voluntad y conciencia medioambiental.
¿Qué vamos a plantar en nuestra primera fase de creación de la isla de biodiversidad alboránica?
- Dos encinas
- Un algarrobo
- Dos olivos
- Cinco palmitos
- Cuarenta arbustos de lavanda
- Cuarenta arbustos de romero
- Cinco madroños
- Quince arbustos de boj común
- Quince arbustos de durillo
- Cinco laureles
- Diez adelfas
- Quince arbustos de mirto
Esta plantación supone el inicio de un trabajo de largo recorrido en el que pretendemos que nuestra isla de biodiversidad alboránica crezca hasta convertirse en un Cinturón Verde Industrial, destinado a secuestrar la mayor cantidad de CO2 y emisiones posibles en toda la zona.